Desde primeras horas en el gimnasio techado para los estudiantes de 7°básico a 4°medio, y en el transcurso de la tarde en el Templo Don Bosco para cientos de feligreses, docentes y asistentes de la educación, se celebró la Misa de la Cena del Señor en Jueves Santo en el Colegio TI Don Bosco Antofagasta.

El Padre Director, Juan Bustamante Zamorano, sostuvo en su homilía con los cientos de jóvenes salesianos que “Jesús, a partir de ahora nos llama amigos, porque él nos ha dado a conocer todo lo que el Padre tenía que decirles. Somos amigos de Jesús, porque en Él reconocemos todo lo Dios quiso revelarnos por tanto tiempo. Ojalá seamos buenos amigos de Jesús, pero cuál es la condición que el Señor nos pide a través de su mandamiento: ámense los unos con los otros, como yo les he amado. El amor se reconoce en hechos, en gesto como Jesús lo hizo lavando los pies a sus amigos”.

Tras su mensaje, se procedió a llevar a cabo el momento simbólico y de gran importancia, al igual como lo hizo Jesucristo, como muestra de humildad y amor al prójimo, que fue el lavado de pies a alumnos que asistieron a la Santa Misa, emulando lo vivido por los apóstoles.

Cabe mencionar, que en la oportunidad los estudiantes del establecimiento también saludaron y celebraron el Día del Sacerdote entregando un significativo obsequio a la comunidad religiosa que encabeza el P. Juan Bustamante, como una manera de reconocer la entrega pastoral y en valores  como representantes de Dios y Don Bosco en nuestra presencia.

Mientras que en la eucaristía celebrada en el Templo Don Bosco, donde también se celebró este importante acontecimiento histórico, el Padre Director, quien presidió la Santa Misa, destacó que “el Jueves Santo es un momento de mucha intensidad espiritual, porque nos adentra en el corazón repleto de amor de Dios al entregarnos a su Hijo, quien sufrió por ser radical, justamente, en el amor, y fue despreciado por la humanidad. Es una noche contradictoria entre el amor y la traición, entre la entrega y el egoísmo, entre la avaricia y la donación generosa. Entonces, en esa contradicción, reconocemos el querer de Dios hacia nosotros como sus hijos amados en su Hijo entregado por nosotros”.