En un ambiente de alegría y respeto, se celebró este jueves 31 de enero la fiesta litúrgica de San Juan Bosco, con una eucaristía presidida por nuestro nuevo Padre Director, Miguel Rojas Andrade.
La solemne misa se desarrolló en el Templo Don Bosco ante la presencia del rector, Héctor Ramírez Araya, estudiantes, apoderados, miembros de las agrupaciones pastorales y educadores, quienes se hicieron presentes para recordar a nuestro Padre fundador San Juan Bosco a quién San Juan Pablo II le dio el título de “Padre y Maestro de la Juventud “. Año tras año recordamos su partida al cielo en 1888.
En su homilía, el Director, P.Miguel Rojas Andrade, enfatizó que “el sueño de los nueve años” sería el que marcaría la vida y el apostolado de Don Bosco. Que ese sueño de 1824 tiene tanta vigencia hoy, al ver a nuestra juventud tan lejos del amor de Dios. Al cumplirse 200 años de este sueño, nos damos cuenta que tiene tanta vigencia en el mundo que habitamos. Dios entregó a Juan una gran misión en ese sueño y que está en concordancia con el aguinaldo de este año: el sueño que nos hace soñar. Un corazón que transforma 'lobos' en 'corderos. Poder convertir situaciones difíciles en positivas. Don Bosco pudo formar una tremenda familia, que le ayudará en esta tarea de convertir los lobos en mansos corderos”.
A lo cual, el Padre Miguel Rojas, agregó que el “sueño de los nueve años marcará una ruta que Dios ha colocado en la vida de Don Bosco. Ese sueño se hizo realidad, cuando el año 2002 llegan los salesianos por primera vez a la ciudad de Antofagasta. Hemos soñado y seguiremos soñando. Con la ayuda del Señor, todo se puede. Con la alegría del corazón, todo se puede”.
Respecto de presidir su primera eucaristía en la presencia de Antofagasta y en tan importante acontecimiento, el P. Miguel finalmente sostuvo que “para nosotros siempre celebrar a Don Bosco es hacerlo pensando en el Padre. Ver hoy día a tantas personas que quisieron venir a celebrar y compartir en esta solemnidad, es para mí una gran alegría y un gran gozo. La grandeza que tiene la estructura de nuestro colegio, nuestra presencia salesiana, es el gran corazón que tienen estas personas, agradecidas de poder compartir el carisma salesiano, que juntos han ido construyendo, a lo largo de estos 22 años. Sólo nos queda seguir acompañando, seguir transmitiendo el mensaje de amor del cual nos habla Jesús en los evangelios, tema que Don Bosco dentro de su enseñanza nos recordará. La respuesta a ese amor se transforma en una actitud, estar siempre alegres. Todo lo que aprendemos y vamos escuchando en el Evangelio, debemos vivirlo y ponerlo en práctica al estilo de Don Bosco, quién tuvo como modelo a Jesús Buen Pastor.”