Con la presencia del Colegio Don Bosco de Antofagasta y demás establecimientos confesionales católicos y de inspiración católica, se celebró en la Catedral de la ciudad la eucaristía de inicio del año escolar el lunes 27 de marzo.

La misa fue presidida por el P. Juan Bustamante Zamorano, director de la presencia salesiana en la capital nortina, con la concelebración de algunos sacerdotes. La pastoral del colegio fue la encargada de la preparación y animación litúrgica. Además, parte de la banda de honor del CTI Don Bosco acompañó el ingreso y salida de los estandartes y banderas de cada unidad educativa participante.

Ante una catedral repleta de estudiantes y educadores, el P. Juan Bustamante señaló: “Al verlos ingresar al templo, pensaba cuántos proyectos y sueños venían en los corazones de los niñas y niñas que entraban. Hoy ponemos eso proyectos de vida ante el Señor para que con su ayuda puedan hacerse realidad”.

Más adelante, destacó: “Todo supone un esfuerzo para responder acertadamente a una vocación que cada uno tiene. Así lo han hecho los profetas, así los han debido hacer los apóstoles, pero siempre sabiendo que el llamado que nos hace Dios es para ser servidores de los demás”.

La ceremonia finalizó con aplausos de alegría y de buenos deseos.

Con una eucaristía que se llevó a cabo el jueves 8 de diciembre, en el Templo Don Bosco, el Colegio celebró con sumo respeto y recogimiento la Solemnidad de Inmaculada Concepción de la Virgen María.

La ceremonia religiosa fue presidida por el Padre Director, Juan Bustamante Zamorano, concelebrada por el P. Enrique Fortin, y contó con la asistencia de distintos representantes de la Comunidad Educativa Pastoral así como de la feligresía habitual del Templo.

En la ocasión, el Padre Director, resaltó que “siempre debemos ser buenos hijos de Dios y de María, porque ella siempre nos conducirá a Él y a su Hijo Jesús. La Inmaculada Concepción nos recuerda la vocación que debemos tener los creyentes de ser todo de Dios. Ella lo ha logrado de manera extraordinaria, y nos ayuda con su intercesión a realizar ese camino”.

Cabe destacar que esta festividad, que conmemora la concepción de la Virgen María, señala que ella estuvo libre de pecado y culpa desde el momento de su concepción hasta su muerte. 

Cada 22 de noviembre la Iglesia celebra a Santa Cecilia, Virgen y Mártir, patrona de los músicos y poetas. Nuestra Comunidad Educativa Pastoral, en el mes de María, quiso homenajear a este modelo de mujer cristiana, en una solemne eucaristía que se realizó en el Templo Don Bosco.

La ceremonia religiosa, que fue presidida por el Padre Director, Juan Bustamante Zamorano, contó con la presencia de estudiantes, maestros, padres, apoderados e integrantes de la Banda de Honor, Banda Instrumental, Coro y Taller de Guitarra del establecimiento.

En la oportunidad, cada miembro de estas academias recibió la bendición por parte del Padre Juan Bustamante, con sumo recogimiento y respeto por tan valioso momento.

Según los relatos, antes de morir, esta mujer, ejemplo de cristianismo, le pidió al Papa que convirtiera su hermosa casa en un templo para orar, y así lo hicieron después de su martirio. Antes de fallecer, había repartido todos sus bienes entre los pobres. Santa Cecilia fue canonizada en el siglo VI y desde ese día pasó a convertirse en la Santa de la música y la poesía.

Con motivo de la celebración del 207 natalicio de Don Bosco, la Comunidad Educativa Pastoral renovó su compromiso de fidelidad en una solemne eucaristía que se realizó en el Templo que lleva el nombre del padre y maestro de la juventud, el martes 16 de agosto.

La eucaristía fue presidida por el Padre Director, Juan Bustamante Zamorano, quien en su homilía, junto con agradecer la misión y legado de Don Bosco de peregrinar a niños, jóvenes y adultos en estos más de 200 años de su vida, destacó que “nosotros somos herederos de este padre y del carisma salesiano, que debe mantenerse fiel y firme en este lugar”.

En el momento del ofertorio, junto al pan y al vino, se ofreció el esfuerzo y también el agradecimiento por la vida en estos tiempos complejos, pero sobre todo se ofreció el espíritu de acogida que se vive en cada Obra Salesiana.

Culminando la eucaristía, se renovó el compromiso de fidelidad hecho por todos los integrantes de la familia salesiana, de las agrupaciones que conforman la CEP, para finalizarla con el canto de cumpleaños a Don Bosco.

Cabe destacar que con esta celebración se renovó un año más de fidelidad al carisma salesiano y el servicio en la educación a los niños y jóvenes de la región.

Como dicta la tradición salesiana, cada 24 de mayo, la Comunidad Educativa Pastoral de Colegio Técnico Industrial Don Bosco Antofagasta se congrega para celebrar la Solemnidad de María Auxiliadora que, en esta oportunidad, contó con la asistencia de una gran cantidad de feligreses, quienes se acercaron al establecimiento para venerar a la Virgen de los tiempos difíciles.

Sin embargo, la actividad comenzó a primera hora con un Buenos Días especial, momento en el que se pidió a la Madre y Maestra el acompañamiento y la bendición para los estudiantes y también por los tiempos complejos que hoy experimenta la humanidad.

En la tarde, la celebración prosiguió con una procesión que comenzó a un costado de la casa educativa, por calle Rodrigo Chaparro, para continuar con el recorrido hasta el Templo Don Bosco, donde estudiantes, docentes, directivos, padres y apoderados, además de diversos grupos pastorales, se reunieron para vivir la Eucaristía, presidida por el encargado del Área de Evangelización, padre José Chaf Gallardo, sdb.

En su homilía, el Padre José Chaf resaltó que “si nuestra CEP quiere llegar a los más profundo de su fe, si quiere ser una comunidad de fe, evangelizada y evangelizadora, necesariamente tendrá que mirar a María, madre de los creyentes, pues es necesario preguntarnos por el lugar que ocupa nuestra Madre en nuestras vidas; de manera más profunda, revisar la dimensión mariana de nuestra cristiana existencia y de nuestro anuncio de fe. En Ella están íntimamente unidos la naturaleza y la gracia, la libertad y la fe, el valor de lo humano y la apertura hacia Dios. María sigue señalando a la comunidad cristiana los caminos del peregrinar de la fe, y puede también mostrar hoy a los jóvenes los senderos de la disponibilidad y del abandono incondicional del “hágase”. Ella es nuestra maestra para ser buenos cristianos y honestos ciudadanos”.

Con motivo del inicio del año escolar 2022, los colegios católicos de la ciudad participaron de la eucaristía celebrada por la Arquidiócesis de Antofagasta, donde un grupo de estudiantes que forman parte  de la directiva del Centro de Alumnos (CEAL) representaron al establecimiento salesiano en la solemne misa, el pasado martes 19 de abril.

En la ceremonia religiosa, que fue presidida por el Arzobispo de Antofagasta, Monseñor Ignacio Ducasse Medina, los alumnos junto a su estandarte estuvieron acompañados en todo momento por el encargado del Área de Evangelización, padre José Chaf Gallardo, y el secretario ejecutivo de Pastoral, docente Luis Ossandón Salazar.

Agradecemos la presencia de los jóvenes del Colegio en la eucaristía, quienes evidenciaron el compromiso con el cual comienzan el año escolar tanto en los ámbitos educativo y pastoral.

Con el retorno de la presencialidad en las distintas actividades programadas para recordar una de las fechas más importantes para el mundo cristiano y salesiano, se realizó en Domingo Santo la eucaristía de Pascua de Resurrección, ceremonia religiosa que marca el fin de la celebración de Semana Santa, y que contó una gran asistencia de familias que forman parte de la Comunidad Educativa Pastoral del colegio y del sector.

La Santa Misa, que fue presidida por el Padre Director, Juan Bustamante Zamorano, resaltó nuevamente por las muestras de alegría, respeto, fe y gozo de las decenas de asistentes que se reunieron en el Templo Don Bosco este 17 de abril.

En su homilía, el P. Juan Bustamante, afirmó que “Jesucristo no es una conmemoración, es un hecho de fe, que necesitamos tenerlo dentro para poder comprenderlo. Cristo ha resucitado (…) Para eso el Señor ha venido, para abrirnos el cielo, inclusive entregando a su Hijo en la cruz. Nosotros necesitamos alimentarnos de la fe, dar ese paso más profundo y no quedarnos en lo externo (…) Hay que cuidar mucho el don de la fe, porque es la fe la que nos permitirá aspirar a los cielos, a los bienes del cielo, a comprender el hecho de la Resurrección, a sentir a Jesús dentro de nuestros corazones, a reconocerlo en el Pan, el Vino y la Eucaristía. Eso es la fe”.

Después de la reflexión efectuada por el Padre Director, se llevó a cabo la renovación de la fe a través del Credo, para continuar la eucaristía con la presentación de las ofrendas de Pan y Vino, la oración y bendición solemne. El Padre Juan concluyó con la bendición solemne a todos los participantes. La comunidad de la Asociación de María Auxiliadora regaló, a la salida del templo, chocolates de pascua a los niños y adultos mayores presentes.

Para la Sra. Silvia Montaño, integrante de la Asociación de María Auxiliadora (ADMA), “me pareció algo tan bonito y espectacular esta celebración, ya que hace dos años que no podíamos ver esta entrega hacia Dios, que siempre estamos dispuestos a asumirla y estar siempre con Él. Hemos sentido mucha alegría, paz en nuestro corazón y tranquilidad de saber que Dios se encuentra siempre con nosotros”.

En tanto, Yasmina Tapia, también integrante de ADMA, sostuvo que “lo más importante era ver la presencia de las personas, de observar la comunidad unida, sentirnos alegres de que Jesús resucitó. Ver el Templo repleto de público fue lo mejor que podíamos esperar. El no poder recibir el cuerpo de Dios fue lo que más nos costó aceptar como cristianos durante este tiempo”.

Con un Templo Don Bosco que congregó a una gran cantidad de feligreses, docentes y asistentes de la educación de la Comunidad Educativa Pastoral, y en donde se conmemoró y destacó el sacramento de la Eucaristía, la institución del sacerdocio y la acción del lavado de pies, se celebró la Misa de la Cena del Señor en Jueves Santo, el 14 de abril.

En este sentido, quien presidió la eucaristía, el Padre Director, Juan Bustamante Zamorano, sdb, resaltó en la oportunidad que "tres han sido los principales énfasis, que sintetizan el contenido de la celebración del Jueves Santo. El lavatorio de los pies realizado por Jesús a sus discípulos, nos habla de servicio, de donación, de humillación. La institución de la Eucaristía, como donación total de Jesús, que pasa por en medio de la humanidad en cada altar donde se celebra la santa misa. Y el sacerdocio ministerial, como señal de amor y entrega desinteresada. Estos tres aspectos que encierra la celebración de este día, nos llevan a buscar mejores formas de ser discípulos de Jesús, para dar testimonio creíble y esperanzador allí donde nos encontremos”.

El P. Juan Bustamente, sin embargo, manifestó ante todo que “necesitamos orar por los sacerdotes, para que se mantengan fieles a sus promesas y servicio. Sin ellos, nos tenemos vida sacramental, que es esencial a la Iglesia".

Un momento simbólico y de gran importancia fue cuando el Padre Director, al igual como lo hizo Jesús, como muestra de humildad y amor al prójimo, procedió a efectuar el lavado de pies a 12 asistentes a la Santa Misa, emulando lo vivido por los apóstoles.

Comunidad Estudiantil

Cabe mencionar, que en horas de la mañana, en el gimnasio techado, los estudiantes  salesianos del Colegio Técnico Industrial Don Bosco vivieron la emotiva experiencia con la Liturgia y el lavado de pies, donde participaron alumnos de los distintos cursos, quienes, a través de la representación de la directiva del CEAL 2022, aprovecharon la oportunidad para saludar y celebrar el Día del Sacerdote entregando un significativo obsequio a la comunidad religiosa que encabeza el Padre Director, Juan Bustamante Zamorano, sdb.

Con la alegría de contar con una masiva concurrencia de feligreses en el Templo Don Bosco, anhelantes de retomar y nuevamente asistir de forma presencial a las liturgias, comenzó este 10 de abril en el Colegio la celebración de Semana Santa con una solemne eucaristía en Domingo de Ramos.

La liturgia empezó en el frontis del establecimiento salesiano, delante de la imagen de la Virgen María, cuando el Padre Director, Juan Bustamante Zamorano, sdb, llevó a cabo los ritos iniciales, con la consiguiente bendición de los ramos que los asistentes de la CEP -entre padres, apoderados, alumnos y comunidad funcionaria- portaban en mano, y bajo la compañía del coro y banda musical, con cantos y oraciones propias del significativo momento.

Acto seguido, la ceremonia religiosa continúo con una masiva procesión hacia el Templo Don Bosco, para luego proseguir con la santa misa, donde el punto central de ésta fue la lectura de la pasión según San Lucas la cual, cargada de dramatismo, hizo revivir los últimos momentos de Jesús junto a la humanidad

Tras la extensa lectura, el Padre Juan efectuó una breve, pero profunda reflexión, donde sostuvo que “estamos aquí, después de dos años impedidos de hacerlo presencialmente, acompañando a Jesús, viendo cómo pasa por nuestras calles, por nuestras vidas, por nuestra historia. Lo queremos siempre cerca, reconociéndolo como nuestro único salvador".

A lo que el Padre Director agregó que “es el momento culmen de Jesús, donde debe entregar todo, incluso su vida, su dignidad, su sangre. Sentirá la traición, el abandono, la decepción humana. Será uno que no era de la comunidad de discípulos ni de los amigos cercanos a Jesús quien le ayudará a llevar la cruz y quien sepultará su cadáver".

Es importante mencionar que se realizaron varias comuniones, lo que generó que las decenas de feligreses se retirasen alegres y agradecidos de la hermosa celebración.

Cabe destacar que el Colegio ha programado una serie de actividades de celebración y recogimiento de Semana Santa, las que han sido dadas a conocer a través de la página institucional y redes sociales.

En un clima de amena celebración, se desarrolló este lunes 31 de enero, la fiesta litúrgica de San Juan Bosco, con una Eucaristía presidida por el Padre Director Juan Bustamante Zamorano sdb.

La ocasión especial se llevó a cabo en el Templo Don Bosco ante la presencia de alumnos, apoderados, integrantes de las agrupaciones pastorales y educadores, quienes como parte de la familia salesiana presenciaron, con solemnidad y alegría, este acontecimiento, que recuerda el momento de la partida y encuentro con la Casa del Padre de nuestro patrono en el año 1888.

En la oportunidad, el Padre Director destacó la figura del maestro de la juventud señalando que “en plena temporada estival, nos hace bien detenernos un poco, para admirar la obra de Dios en un hombre y en su misión que trasciende el tiempo, fronteras y generaciones. Don Bosco, su sólo nombre, significa alegría, santidad, servicio, paternidad, educación integral, acogida, alimento, formación valórica, osadía y fuerza para tantos y tantas en todo el mundo”.

En su mensaje, el Padre Juan también agregó que “es nuestro deber el ser fieles al carisma e historia del santo sacerdote que hoy celebramos. Su ejemplo nos debe inspirar en lo que hacemos, en lo que planificamos y en lo que nos proponemos cada día. Esta casa salesiana, compuesta por un colegio técnico industrial, un templo abierto a la comunidad del sector y una comunidad religiosa, debe seguir siendo un faro donde nuestros destinatarios se puedan inspirar para no perder el rumbo ni caer presa de las ideologías erróneas y perniciosas que acechan por doquier. Ahí debemos estar los educadores y educadoras como verdaderos pastores, que en nombre de Dios, se atrevan a salvar a esa porción más delicada de la sociedad, los jóvenes”.

“Aprovecho la ocasión para agradecer a todos los que hacen posible que el carisma salesiano esté vigente y con fuerza en la región de Antofagasta, tanto en las ciudades de Calama como en la misma Antofagasta. Esta obra está comenzando a celebrar sus 20 años de existencia y de servicio cuyos frutos están a la vista. La tarea sigue siendo desafiante y compleja, pero la invitación es a no claudicar ni a detenerse. Dios está con nosotros”, expresó el Padre Director.

San Juan Bosco se entregó de lleno a consolidar y extender su obra. Brindó alojamiento y educación para niños y jóvenes de los poblados de Turín, transformando esta tarea evangelizadora en una casa donde podían sentirse amados, útiles y protegidos. Para los niños y jóvenes más pobres hubo de ser padre, maestro y amigo, enseñándoles que Dios los amaba y que quería lo mejor para ellos.

La ceremonia continuó en el casino del colegio, donde todos los participantes compartieron un ameno y fraternal momento.