En un gimnasio techado que convocó a distintos representantes de la comunidad estudiantil del Colegio Técnico Industrial Don Bosco Antofagasta, se realizó el viernes 15 de septiembre la celebración del Te Deum del Día de la Oración por Chile.

El tradicional acto litúrgico fue presidido por el Padre Director, Juan Bustamante Zamorano, quien en su homilía sostuvo que “aún a pesar de los sobresaltos sufridos por los hombres y por la misma naturaleza, estamos de pie y dispuestos a seguir trabajando por la paz, la concordia, donde cada uno tenga pan, respeto y alegría. No podemos seguir las corrientes que arrecian nuestra historia más reciente, donde se ha querido o se quiere destruir el alma de Chile con la violencia desatada, la inseguridad sin control, la enemistad en todos los estratos sociales y niveles de relación, el narcotráfico y delincuencia que provocan atrocidades nunca antes vistas”.

A lo cual, además, el Padre Juan Bustamante hizo un llamado a reflexionar acerca de la importancia de tomar buenas decisiones que marquen el desarrollo y futuro de la sociedad chilena. “Estamos inmersos en tiempos de discernimiento, pues dentro de poco deberemos concurrir a responder la pregunta que se nos hará sobre la nueva constitución que tanto se ha deseado para que podamos orientar mejor los esfuerzos de crecimiento y justicia en las próximas décadas. También estamos en tiempos donde necesitamos mayor seguridad para poder realizar nuestros proyectos personales, familiares y profesionales. Estamos en medio de tiempos de búsquedas de consolidar valores que nos permitan progresar auténticamente en respeto por todos y todo. Son tiempos, por tanto, de desafíos serios y necesarios que necesitan, también, de la ayuda de Dios”.

Asimismo, resaltó la relevancia de Nuestra Señora del Carmen en el devenir de nuestro país y, dirigido hacia la hermosa imagen que presidía la solemne celebración, suplicó: “Tú eres el consuelo que nos queda, porque eres la estrella de Chile que en la bandera presides nuestros días y en las noches tormentosas sabiamente alumbras el camino. Te ruego, Madre y Reina de esta patria nuestra, que pidas a tu querido Hijo y nuestro Señor Jesucristo, que extienda sobre Chile los brazos salvadores de su cruz, nos ayude a vivir en paz y concordia  para que nos enseñe a conquistar la meta de construir una gran nación de hermanos”.

La solemne liturgia estuvo cargada de alabanzas musicales, interpretadas por el coro del colegio, conformado por directivos, docentes y asistentes de la educación, lo que fue acompañado también por números artísticos asociados al festejo de estas fiestas nacionales.

Cabe destacar que el Te Deum es una oración de acción de gracias por Chile que se celebra en el país, de forma ininterrumpida, desde 1811 pidiendo, por la intercesión de la Virgen del Carmen, Reina y Madre de Chile, por la nación y sus habitantes, proyectos y necesidades. Nuestro colegio entona el Himno compuesto por el P. Joaquín Alliende y Fernando Carrasco, ejecutado por el coro y músicos conformados por maestros y maestras del mismo establecimiento.

Como una tradición que se viene efectuando hace ya varias décadas en Chile, en cada último domingo del mes de septiembre, se realiza el Día de Oración por Chile, instancia donde se ora a Dios por intercesión de la Virgen del Carmen, Reina y Madre de Chile, por la patria y sus habitantes, sus proyectos y necesidades.

La celebración religiosa en el Colegio, que en esta oportunidad se desarrolló el domingo 26 en el Templo Don Bosco, y contó con la asistencia de fieles y apoderados de los cursos 8°básicos B, C y D, tuvo la venerada imagen de Nuestra Señora del Carmen, cedida para la ocasión por la Asociación de Bailes Religiosos Pieles Rojas Pedro De Valdivia. El equipo litúrgico y pastoral del Templo se presentó vestido acorde a los festejos de Fiestas Patrias, lo que otorgó el realce necesario y ambientación típica de este acontecimiento.

La Santa Misa, que fue presidida y oficiada por el Padre Director, Juan Bustamante Zamorano, destacó por “poner en las manos de Dios, un poco más alejados de los festejos civiles y folclóricos de las mismas fiestas patrias, el querer para nuestra patria, lo que necesitamos de Dios para construir un país más cristiano y verdaderamente humano, confiados en que la intercesión de la Virgen María logrará aquello que pedimos con fe”.

En su mensaje reflexivo inspirado en la liturgia de la Palabra, el Padre Juan, comenzó resaltando que “Dios hace una promesa a su pueblo, que también la quiere cumplir en este presente, porque estas palabras que fueron escritas hace siglos atrás, tienen vigencia hasta el día de hoy (…) que en el desierto acampará el derecho y la justicia, y la consecuencia de este nuevo estado será la paz. Y los frutos de la paz serían la tranquilidad y seguridad. Todas actualmente son palabras que hoy nuestro país necesita”.

Además, el Padre Director, agregó que “el pueblo de Dios habitaría, en su proyecto, en barrios seguros y lugares tranquilos. Por lo mismo, podríamos preguntarnos hoy en día ¿cuánto de esto necesitamos en Chile? ¿Qué esquema político o qué tipo de servidores públicos necesitamos para que nos aseguren estos derechos prometidos por Dios? (…). Me atrevería a decir que nuestra nación necesita todo (…) el apóstol Pablo expresaba en la comunidad de Colosas lo que hoy exige el pueblo de Chile, que son el respeto, perdón, compasión, benevolencia, humildad, dulzura y paciencia”.

“Jesús pasó haciendo el bien. Y nos dejó un proyecto de vida exigente, pero posible en el corazón de los que son honestos y de verdad quieren lo mejor para sí y para los demás. El proyecto de las “Bienaventuranzas” es, en el fondo, la descripción misma de Jesús, porque Él es el primero en vivirlas plenamente y sabe que podemos moldear nuestra vida y la del mundo, en torno a este plan de santidad. Si hay que aportar algo a Chile, esto puede ser llevar una vida cristiana más auténtica y actuar en consecuencia y con absoluta trasparencia”, recalcó el Padre Director Juan Bustamante Zamorano, sdb.

La máxima autoridad de la presencia salesiana en Antofagasta, no obstante, manifestó su preocupación por observar un país donde aún se mantienen “leyes sin Dios ni al servicio del bien; injusticias por doquier; corrupción en los más altos niveles de la gestión del país; faltas graves de respeto a las instituciones, autoridades, símbolos patrios, templos y escuelas al servicio de los más pobres; narcotráfico poderoso y tentador que está penetrando incluso a nuestras instituciones de la república; indiferencia religiosa y ateísmo práctico, que relega a Dios a lo mínimo de la vida social; como también el debilitamiento de la familia y del matrimonio, y la aparición de ideologías ateas y materialistas que asoman como derechos humanos o corrientes normales de la modernidad.

A lo cual el Padre Director sostuvo que no hay que desesperarse, ya que “tenemos a nuestra Madre, la Virgen María, a la Eucaristía donde nos podemos seguir alimentado de Dios cada semana y encontrar sentido a lo que vivimos, sacar fuerzas para enfrentar los desafíos que la Patria nos presenta, y también agradecer la presencia de la Iglesia, que a pesar de sus pecados y errores, de sus debilidades y delitos, sigue en pie y abriendo su corazón para el encuentro, para el servicio a los más pobres, para seguir dando una palabra de esperanza a las personas de buena voluntad”.

Tras ello, la homilía prosiguió con el credo, oración de los fieles, presentación de las ofrendas, momento de comunión y acción de gracias, para culminar la ceremonia eucarística especial por Chile con un pie de cueca.

El Colegio celebró el Te Deum de Acción de Gracias para festejar un aniversario más de la nación y agradecer además la presencia de Dios y Nuestra Señora del Carmen en una ceremonia religiosa que se desarrolló en el gimnasio techado el pasado jueves 16 de septiembre ante la presencia de alumnos, docentes y asistentes de la educación.

El momento eucarístico, presidido por el Padre Director, Juan Bustamante Zamorano, sdb, y transmitido vía streaming por el canal Don Bosco, destacó por la solemnidad, respeto por los asistentes y alegres cantos a cargo del coro compuesto por educadores y estudiantes, quienes interpretaron diversas alabanzas para dar realce a este magno evento donde se recuerda la importancia de amar a Chile, venerar al Señor y a la Reina y Madre de la Patria.

Respecto a la presencia de la Iglesia y su relación con el país, el Padre Director sostuvo que “la Iglesia reconoce, enseña y promueve el amor a la Patria y respalda, desde su identidad, múltiples iniciativas al servicio de los más necesitados. Ha desarrollado siempre y desarrolla hoy una inmensa labor en beneficio de los que sufren, en muchos campos como en la educación y en la salud; ayuda permanentemente a todos cuantos padecen de alguna manera de las consecuencias sociales del pecado y ahora de la pandemia. La Iglesia Católica realiza esta misión encomendada por Jesucristo y no precisa del visto bueno de los hombres ni de las encuestas. “La caridad nos urge”, nos enseña San Pablo. Por ello, defender la misión y la unidad de la Iglesia, al servicio del bien común de la Patria, se traduce en vivir muy unidos a Jesucristo: “Sin mí no pueden hacer nada”… El amor exige fidelidad y lealtad siempre y se prueba en el dolor y en el sacrificio."

En cuanto al vínculo del mundo eclesiástico en la educación, el Padre Juan destacó que “La propuesta educativa que la Iglesia ofrece siempre es tolerante, no hay imposición de un pensamiento único. La responsabilidad educativa es demasiado importante para los padres de familia y para el futuro de la sociedad y, por supuesto, para los mismos alumnos –desde la niñez hasta la juventud–, por ello no podemos dejar esta responsabilidad educativa en manos de propuestas ideológicas que desconocen el valor de la familia, del matrimonio, de los valores cristiano-humanistas que están a la base de nuestra historia como país. Habiendo mejorado mucho la situación en el país, todavía contemplamos los bienes materiales repartidos entre unos pocos; los bienes de la cultura encerrados en grupos ideológicos muchas veces intolerantes (…) es muy importante facilitar el acceso a la educación a la gente más pobre y sencilla”.

En cuanto a los valores que deben estar presentes no sólo en la sociedad chilena, el Padre Director, Juan Bustamante Zamorano resaltó que “el país debe meditar con seriedad qué futuro quiere y afirmar el valor de la chilenidad, sentir el orgullo de haber nacido en esta tierra, de una manera muy concreta: promoviendo la unidad entre todos los chilenos. Cultivando una cultura que promueva la institucionalidad y el respeto a las autoridades porque la autoridad – nos enseña San Pablo – “está al servicio de Dios para tu bien”. Exigiendo de sus autoridades y de los ciudadanos el fiel cumplimiento de la ley –a todos los niveles y para todos– sin venganzas y resentimientos, pasiones que tantas veces empequeñecen el deseo de emprender cosas grandes y que tantas veces elimina el deseo de participar en la vida social. “La caridad es la plenitud de la ley”. (…) ya es hora de que Chile sea la Patria de todos. Unidos en una sola familia (…) Levantemos el corazón a Jesucristo, príncipe de la paz (…) por ello, la cultura de la tolerancia y del diálogo será útil y eficiente si la verdad brilla y si al mismo tiempo estos esfuerzos se enmarcan en el derecho que surge de la ley y ésta se aplica con firmeza”.

Por lo cual, para finalizar su mensaje, pidió que “hoy, ante la imagen de la Virgen del Carmen, Reina y Madre de Chile, la madre de todos los chilenos, quisiéramos renovar nuestros buenos deseos de bien para Chile. (…) Le pedimos al Señor, por intercesión de nuestra Madre a la que le rendimos honores en este colegio, que podamos superar los miedos de ser coherentes con lo que creemos, con lo que el Señor nos pide en su Evangelio y lo que tantos y tantas chilenos y chilenas anteriores a nosotros, han tratado de hacer con lo mejor de sí."

La homilía culminó con la bendición del Padre Director, bailes  y temas por parte del coro como una forma de demostrar la importancia de esta actividad, la cual se viene realizando hace ya tres años.